Con el lema ‘Robótica social para todos’, Aisoy Robotics, una startup española, ha desarrollado el primer robot capaz de mostrar emociones y empatía con sus interlocutores: Aisoy1, que sienta las bases de la denominada ‘Internet de las cosas emocionales’.

Aisoy Robotics

Tecnología innovadora robótica y desarrollada en España es lo que ofrece la startup Aisoy Robotics, con sede en Alicante, que ha desarrollado un robot, denominado Aisoy1, que muestra emociones y toma decisiones, con una relación de conocimiento y afecto con sus usuarios. Para lograrlo, esta compañía ha contado con el apoyo de la Fundación Everis, a través de su broker tecnológico i-deals, tras ganar el Premio Emprendedores 2013 que organiza esta institución y formar parte de su difusión a través de las presentaciones Tech Workshop Series.

Tras cinco años de investigación, Aisoy Robotics ha ido perfeccionando una tecnología robótica pionera que tiene en el entorno educativo su principal foco de actuación, si bien también se ha contemplado su uso en niños con autismo o daño cerebral, e incluso para entornos domóticos residenciales.

Aisoy RoboticsSu desarrollo parte de un pequeño equipo de profesionales (ingenieros, matemáticos,…) que hace casi seis años decidieron materializar en una empresa un sueño: desarrollar robots inteligentes y emocionales bajo la máxima “que utilizaran el lenguaje natural, fueran fáciles de utilizar y con un bajo coste; cuya primera versión presentamos en 2010 con el prototipo del motor emocional”, explica Diego García, ingeniero superior de Telecomunicaciones y uno de los fundadores de la compañía.

Desde entonces, sus fundadores han trabajado con Aidia, una herramienta de programación visual que es su plataforma de desarrollo), y para desarrolladores (Airos 1 SDK y Python) hasta llegar a la versión actual de Aisoy1, basada en Raspberry Py y en ROS de Willow Garage (Robotics Operating Systems), “lo que nos ha permitido integrar una tarjeta muy potente y económica, basada en Linux, con una comunidad de desarrolladores muy fuerte para ofrecer la interoperabilidad del robot con distintas plataformas”, explica García.

Gracias a ello, esta versión les ha permitido vender más de trescientas unidades del robot en apenas dos meses, respecto a la primera edición limitada, de doscientas unidades, que se vendieron en dos años, “además, tenemos reservas de distribuidores para venderlas en Estados Unidos, Canadá y Francia, mercados con un gran interés y muy desarrollados en robótica”.

La educación como foco de actuación

Aisoy RoboticsSi bien el diseño inicial de Aisoy1 se “centraba en un principio como un ‘juguete’ inteligente de acompañamiento -puntualiza Diego García-, que tenía seis pequeños servos, con sensores de tacto, acelerómetro, cámara y movimiento en boca, cejas e inclinación y rotación de cuello, con un RGB en el ‘corazón’ y LEDs en la boca, las nuevas versiones se potencian como una herramienta educativa y creativa”.

En este sentido, Aisoy1 integra un monitor de emociones (felicidad, tristeza, desagrado, miedo, reproche, remordimiento, esperanza,…) y aprende de su entorno, lo que permite que ofrezca las respuestas más adecuadas a cada persona, ya que el usuario puede programar con unas sencillas e intuitivas interfaces su relación, “además de que en la web evaluamos las aplicaciones que realizan los usuarios y las integramos para que puedan añadirlas el resto, potenciando la colaboración entre los robots de la comunidad Aisoy”.

Aisoy1 robotAdemás de ser una herramienta de gran atractivo educativo para el aprendizaje de programación, con el desarrollo de aplicaciones robóticas o Botapps, Aisoy1 se utiliza en aplicaciones educativas para formación en, por ejemplo, trigonometría. “Tenemos treinta institutos de Alicante trabajando con el robot, e incluso uno de ellos ha realizado una obra de teatro en la que participan dos Aisoy1, fomentando la creatividad y uniendo cultura y tecnología”.

Internet de las cosas emocionales

Aisoy Robotics SanchezUna de las novedades de la última versión de Aisoy1 es que los robots pueden interconectarse en ‘la nube’, de modo que toda la información que van recabando a lo largo de su vida útil, así como los programas que les van cargando sus dueños, se a pone disposición de todos los demás robots. De esta manera, se genera una inteligencia colectiva entre todos los robots. los autómatas de Aisoy Robotics no sólo están conectados al Internet de las Cosas; también son el primer paso hacia el “Internet de las Cosas Afectivas”.

Los responsables de Aisoy Robotics están trabajando ya en una nueva versión “en la que queremos simplificar al máximo la interacción, haciéndola mucho más fluida, con elementos que interactúen entre sí, ya sea con objetos de la casa u otros robots, es decir, robótica colaborativa. Además, también queremos evolucionar su diseño y ofrecer más movilidad del robot, algo que nos demandaban desde el principio, si bien en ese momento nos centramos más en la interacción y en el motor emocional para evitar un diseño complejo”.


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Por • 14 Mar, 2014
• Sección: A fondo, Formación, Simulación