Tecnología faraónica: el Gran Museo Egipcio deslumbra al mundo con un espectáculo inmersivo
El Gran Museo Egipcio (GEM) se inaugura con un despliegue tecnológico sin precedentes que combinó arte digital, mapping 3D, drones y efectos de iluminación de última generación, en un evento que marcó un nuevo estándar para las ceremonias culturales a nivel global.
Ubicado junto a las pirámides de Giza, el nuevo museo, el más grande del mundo dedicado a una sola civilización, se ha presentado no solo como un contenedor del pasado, sino como una obra maestra de innovación tecnológica aplicada a la narrativa patrimonial. La ceremonia de apertura, producida por la agencia británica Muse Creative y la egipcia Art D’Égypte, transformó la explanada del museo en un lienzo de 28.000 metros cuadrados de proyecciones mapeadas, donde historia y modernidad se entrelazaron con una precisión quirúrgica.
El concepto creativo detrás de la ceremonia de la inauguración buscaba reflejar la dualidad egipcia de tradición y modernidad. Contó con un show de mapping 3D de gran escala que utilizó más de 200 proyectores láser. Entre otros sistemas, se emplearon 130 proyectores Titan 37 000 WUXGA de Digital Projection. Los proyectores estuvieron conectados con cuarenta servidores Dataton Watchpax 60 con más de 160 salidas de vídeo, generando casi 180 millones de píxeles, con las imágenes gestionadas y «cosidas» por diez procesadores Barco Event Master E2 que garantizaron una sincronización perfecta en todas las superficies de proyección.
Junto a la proyección un total de 5.000 drones iluminaron el cielo de Giza formando figuras icónicas como la máscara de Tutankamón, los dioses Isis y Osiris, y las pirámides flotando en luz. Cada secuencia estaba programada mediante software de renderizado en tiempo real, lo que permitió coreografiar la animación aérea con música en vivo y efectos visuales dinámicos.
Una pared de vidrio viva
El espectáculo no solo se limitó al cielo ya que la fachada del GEM, compuesta por triángulos de vidrio inspirados en las pirámides, se convirtió en una pantalla arquitectónica viva con proyecciones anamórficas y contenido volumétrico que dieron la ilusión de que las paredes respiraban, abriéndose para revelar escenas del Nilo, jeroglíficos animados y recreaciones digitales de templos antiguos.
El diseño técnico incluyó un sistema de iluminación DMX controlado por IA, capaz de ajustar en tiempo real la temperatura y saturación del color según el ritmo musical y la reacción del público. En paralelo, un conjunto de pantallas LED transparentes mostró datos históricos e infografías sobre las piezas del museo, creando una narrativa interactiva entre arte y tecnología. Por ello, junto a las referencias faraónicas, se incluyeron actuaciones de atletas olímpicos y artistas jóvenes egipcios, grabadas con cámaras robóticas y drones FPV que transmitieron en directo para millones de espectadores en redes y plataformas internacionales.
La producción integró además un sistema de audio envolvente 360°, diseñado para distribuir el sonido entre el público mediante sensores de posición, ofreciendo una experiencia acústica inmersiva inédita en un evento de esta escala en África.
Con esta apertura, Egipto lanzó un mensaje claro al mundo y es su pasado milenario puede ser contado con las herramientas del futuro.
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